Cuenca atraviesa una situación de estiaje crítico debido a la prolongada ausencia de lluvias. Desde hace 65 días, la ciudad no ha registrado precipitaciones significativas que permitan mantener los caudales de sus principales ríos en niveles adecuados. A fecha del 15 de septiembre, dos de los cuatro ríos más importantes de la región se encuentran en estado de estiaje, mientras que los otros dos presentan caudales bajos.

Etapa, la entidad encargada de suministrar agua potable, saneamiento y telecomunicaciones en la ciudad, advirtió sobre la persistencia del estiaje debido a la falta de lluvias. Según el informe más reciente, solo el río Machángara ha experimentado una ligera recuperación en su caudal. Este río, que el 14 de septiembre registraba 1,17 metros cúbicos por segundo (m³/s), incrementó su caudal a 1,55 m³/s el 15 de septiembre, aunque sigue en niveles bajos. En contraste, el río Tomebamba disminuyó su caudal de 1,08 a 1,05 m³/s, el Yanuncay se mantuvo en niveles bajos con una ligera disminución de 1,49 a 1,48 m³/s, y el río Tarqui también permaneció en estiaje, subiendo de 0,83 a 0,88 m³/s.

Rigoberto Guerrero, técnico de Etapa, indicó que la única manera de mejorar la situación es con lluvias continuas durante al menos 10 a 15 días. Sin embargo, mientras se espera la recuperación de las fuentes hídricas, las autoridades han instado a la ciudadanía a adoptar medidas de ahorro de agua para evitar futuros racionamientos.

Técnicos de la Red Hidrometeorológica de Etapa realizaron mediciones en zonas de recarga hídrica para evaluar el impacto del estiaje y la disponibilidad de agua para la ciudad. Aunque la situación aún no ha alcanzado un nivel crítico, se recomienda implementar un plan de ahorro. Entre las sugerencias están evitar el uso de agua potable para actividades como la limpieza de patios y vehículos, así como reparar o reportar cualquier fuga de agua en viviendas, calles u oficinas. Además, se aconseja recoger el agua de la ducha mientras se calienta para su reutilización en tareas domésticas.

Las autoridades también han informado que el embalse de Mazar está cerca de alcanzar su nivel crítico, lo que intensifica la necesidad de medidas preventivas y de ahorro en el uso del agua.