Después de casi 100 años sin avistamientos, un grupo de científicos ha reportado el redescubrimiento de la especie de rana Pristimantis ruidus en los bosques del occidente ecuatoriano. El hallazgo incluye dos ejemplares hembras que presentan características únicas: una piel rugosa con múltiples verrugas bajas y tubérculos redondeados en su textura dorsal, junto con un pliegue en forma de W en la cabeza. Además, carecen de crestas craneales y no tienen visibles el tímpano ni el anillo timpánico, lo que las hace coincidir con la descripción del holotipo original.

El equipo de investigadores, conformado por Juan Sánchez, Diana Székely, Luis Salagaje, Nicolás Astudillo, Jaime Culebras, Ernesto Arbeláez y Paul Székely, detalló en su publicación que esta especie fue descrita por primera vez en 1979 por el herpetólogo John D. Lynch, basándose en especímenes recolectados por George H. Tate en 1922 en la localidad de Molleturo, en la provincia de Azuay.

Este redescubrimiento subraya la importancia de desarrollar estrategias de conservación efectivas en los ecosistemas del oeste de Ecuador, los cuales están amenazados por diversas actividades humanas. Según los investigadores, la biodiversidad de estos territorios sigue siendo insuficientemente estudiada, y su preservación es crucial para evitar la pérdida de especies que podrían desaparecer antes de ser completamente comprendidas.

El retorno de Pristimantis ruidus a los registros científicos no solo es un logro importante para la biología, sino también una alerta sobre la vulnerabilidad de los ecosistemas del país, que albergan una riqueza natural aún poco conocida.